Este examen permite medir las presiones y la sensibilidad rectal en pacientes que presentan alteraciones en la continencia anal o debilitamiento del piso pélvico. Gracias a esta evaluación detallada, los especialistas pueden identificar problemas funcionales que afectan el control intestinal y diseñar planes de tratamiento personalizados para mejorar la calidad de vida del paciente. Es una herramienta fundamental para el diagnóstico preciso y el seguimiento efectivo de estas condiciones.